Apenas empecé a subir me topé con una gran tropa de ciclistas que hacía lo mismo. Algunos subían unos pocos kilómetros y bajaban por diversión. Otros entrenaban velocidad o resistencia. Algunos planeaban ascender 10 o 15 kilómetros. Otros iban a los 20 o los 30. Los pocos que habían hecho el ascenso completo hasta el "Picacho" (el punto más alto de la carretera), me daban instrucciones, me explicaban la ruta y me indicaban los posibles puntos de descanso. En la mitad exacta del ascenso desde las afueras de Bucaramanga, en un lugar llamado La Corcova, unos ciclistas me invitaron a tomar cola, me dieron muchos ánimos y hasta organizaron una colecta para ayudarme. Entre todos me dieron 24.000 pesos (unos doce dólares). Los dos que lideraron el agasajo se presentaron como Pica-Pica (el segundo desde la derecha en la siguiente foto) y Cejas (el segundo desde la izquierda).
Yo seguí subiendo feliz y con mucha energía. Los ciclistas que bajaban me saludaban y aplaudían. Aún desde los carros la gente me gritaba "¡hágale, hágale!" y me mostraban pulgares en alto. Cuando ya había pedaleado unas cinco horas, tuve frente a mí todo el macizo de piedra del "Picacho" y pude ver toda la ruta que me faltaba para llegar a la cumbre. La visión me agotó, pero no me dejé vencer y seguí muy lentamente hacia arriba. Ya superados los 3.000 msnm el frío se hizo notar y mi ropa mojada me empezó a molestar, pero decidí no parar hasta la cumbre.
Ya muy cerca del final me pasó un último ciclista. Me dijo que faltaban apenas dos kilómetros para llegar. Yo ya no daba más. Llegué a la cima, en donde él me esperaba con su esposa y una pareja de amigos. Su nombre es Germán Villamizar, de alrededor de 60 años. Al verme tan cargado se asombró. Conversamos por al menos unas dos horas. Me dieron de almorzar, de tomar (y no solo Coca Cola, sino también un par de shots de aguardiente) y hasta me regalaron 40.000 pesos más. Todos me dieron sus contactos y me desearon muchos éxitos. Como conocían la ruta hasta Cúcuta y la habían vivido como ciclistas, me indicaron todo lo que vendría con mucha precisión.
Apenas un par de kilómetros más adelante, un carro se detuvo y sus ocupantes se bajaron para darme galletas y un vaso de jugo. Así, la ayuda y el apoyo que recibía de la gente de pronto se había vuelto abrumador. Justo en uno de los momentos más difíciles la gente parecía haberse puesto de acuerdo para empujarme a la cima. Pasado el "Picacho", avancé por un páramo largo bastante frío. Ya casi no tenía tiempo (había llegado a la cima a las 2 de la tarde y había pasado unas dos horas con Germán y sus amigos), pero aún así decidí avanzar hasta que el sol declinase del todo. Esa noche la pasé a los 3.340 msnm plantando mi carpa junto a unos pinos del páramo, detrás de un restaurante ubicado en una comuna llamada "El Hatico". Aun por la noche recibí llamadas de Pica-Pica y Cejas que se comunicaban solamente para saber si todo había salido bien.
Unos días antes, cuando estaba por llegar a la población de Aratoca, hubo un momento en que un hombre me gritó algo como "¡Qué privilegio andar con eso!", mientras él caminaba agobiado por el sol. Yo entendí que se refería a mi bici y solamente sonreí. Ante mi silencio, él volvió a decir algo que no entendí del todo pero que pareció ser un "Llevas la envidia de todo un país". Por un segundo pensé que estaba diciendo algo así como "Qué linda tu bici, me da ganas de tenerla". Volví a reír sin saber qué decir (yo estaba avanzando en subida y no tenía ganas de parar). Como me alejaba, el hombre gritó "¡Que Dios te acompañe!", y alzó sus manos. Entonces comprendí todo y grité "¡Gracias!", extendiendo mi mano con el pulgar arriba.
El pequeño episodio me dio bastante en qué pensar durante el resto del camino de ese día. El hombre me estaba diciendo que era una suerte viajar así y que todo el mundo tenía derecho a envidiarme.
Me parece que todas estas anécdotas que he anotado se conectan en un punto clave. Cuando uno hace algo como esto, algo tan "particular" o por lo menos "fuera de lo común", lo que hace deja de tener un valor únicamente por sí solo y pasa a tener un valor representativo. En otras palabras, el simple hecho de estar aquí y tener la fortuna de vivir esta experiencia me pone en el lugar de muchos otros que quisieran vivirla, aunque en el fondo lo digan solamente de labios para afuera. O es al revés: es el resto de gente la que se pone en mí posición, y eso me deja a mí como representante de un espíritu, un cúmulo de ideas, una conjunción de aspiraciones, un foco de sueños individuales. Quiéralo o no, entonces, estoy aquí en representación de muchos, de todos aquellos que nunca estarán aquí ni harán esto sino a través de los pocos que tenemos la fortuna de hacerlo.
Eso es un privilegio enorme.
Pero no solamente es un privilegio. También es una fuerza muy grande que me empuja contínuamente. La gente me apoya porque quiere ver cumplida la ruta, porque ve en ello la posibilidad de cumplir metas que normalmente se escapan de las manos en la vida cotidiana, porque en la compleción de mi sueño proyectan la plenitud de los suyos. Pasa el tiempo y me doy más y más cuenta de lo importante que es eso. Mientras ese apoyo enorme se mantenga, no puedo sino vencer.
Cada día tomo por destino una "meta a vencer". Puede ser un nombre ("hoy llego a tal o cual parte"), un número ("hoy avanzo tantos o tantos kilómetros"), una ubicación general ("hoy atraviezo tal cañón, o supero tal páramo"), etc. Con esas pretensiones avanzo y juego las cartas que tengo. Siempre, lo logre o no, cumplir la meta diaria es un desafío complicado: implica horas de movimiento, sol, sed, fatiga, dolor e incluso miedo. Pero todo el tiempo me siento empujado. Siento que desde hace mucho tiempo, aún desde los primeros días del primer SAP, dejé de hacer esto solamente por "conocer y viajar en bicicleta" (que es lo que suelo responder cuando me preguntan mis motivos). Eso quizá sea mi objeto inmediato, mi deseo primordial, pero sé que tras de mí llevo un gran grupo de gente que me apoya y se aventura vicariamente conmigo, ya sea simplemente porque se interesa por mí, como mi familia o mis amigos, o porque ve en mi viaje una promesa, una posibilidad, una fuerza latente.
Por eso quiero hacer un gran agradecimiento a todos lo ciclistas que he encontrado en el camino ya todas las personas que cada día colaboran de muchas maneras para que yo pueda seguir.
El pequeño episodio me dio bastante en qué pensar durante el resto del camino de ese día. El hombre me estaba diciendo que era una suerte viajar así y que todo el mundo tenía derecho a envidiarme.
Me parece que todas estas anécdotas que he anotado se conectan en un punto clave. Cuando uno hace algo como esto, algo tan "particular" o por lo menos "fuera de lo común", lo que hace deja de tener un valor únicamente por sí solo y pasa a tener un valor representativo. En otras palabras, el simple hecho de estar aquí y tener la fortuna de vivir esta experiencia me pone en el lugar de muchos otros que quisieran vivirla, aunque en el fondo lo digan solamente de labios para afuera. O es al revés: es el resto de gente la que se pone en mí posición, y eso me deja a mí como representante de un espíritu, un cúmulo de ideas, una conjunción de aspiraciones, un foco de sueños individuales. Quiéralo o no, entonces, estoy aquí en representación de muchos, de todos aquellos que nunca estarán aquí ni harán esto sino a través de los pocos que tenemos la fortuna de hacerlo.
Eso es un privilegio enorme.
Por eso quiero hacer un gran agradecimiento a todos lo ciclistas que he encontrado en el camino ya todas las personas que cada día colaboran de muchas maneras para que yo pueda seguir.
14 comentarios:
Totalmente de acuerdo en lo que dices: el solo hecho de acometer algo tan descomunal, tan imposible para la gran mayoría de seres humanos, te convierte en un símbolo, en un referente.
Ánimo, pues. Tienes razón al pensar que somos muchos los que nos interesamos vivamente en tus andanzas y te deseamos lo mejor. En cada vuelta de los pedales quiséramos que fuera un poco de nuestra fuerza.
CLC
Hágale,... hágale... !!!
Cada vez y cuando estoy mas convencido de que el libro de tus periplos tendrá un exito fabuloso..
O es un diario, o una bitácora o una novela... lo que sea...
Tienes que estar convencido de que tendrás muchos compradores...
Yo al menos me anoto una decena de ejemplares.. !!!
Suerte y dele compadre !!
hagale hagale!!! jaja vas super bien grodurisss, estan muy bacanas las fotitos. me gusta la primera, le cae rico el sol ;) muchos besitos y abrazos. hagale hagale! jaja
muah!
El verdadero Kamikasse.....
COMO TE ENVIDIO MI BROSTER!!!! pero tambien te apoyo, te admiro y aunque no termines la ruta ni hagas tal o cual cosa, para mi eres un tipo GIGANTE oiste!
Abrazo grande y gracias por esas palabras que me ayudarán a mi también de ahora en adelante, en mis propios viajes.
KANGA
Guabitas me llene de un orgullo ajeno full, el leer eso que escribes así tan del corazón me produce un calientito en el alma... que vacan ser tu pana..sigue adelante mucha energía y muchos colores...
sarita
Que emoción leer nuevamente tus aventuras y retos cumplidos, cada vez que lo hago me lleno de alegría, y sí eres invencible, osote!!!
Que dicha hacer lo que tú haces....
muaaaaaaaaa
muaaaaaaaa
muaaaaaaaa
De una! Hágale, hágale!
Querido Guabiñas, tienes razón, hay sueños de mucha gente metidos en tus alforjas y otros tantos y tantas que con la imaginación vamos al anca de tu sherpa, quizá por eso a veces la cuesta es mas pesada, pero dale con ganas porque tu sabes que si es necesario nos bajamos a empujar.
mamaguabas
FELICITACIONES POR TU BLOG, EL BUEN SABOR QUE ME DEJA EN MI ESPIRITU DE CICLISTA AVENTURERO EL LEER TUS PALABRAS NO TIENE PRECIO PARA TODO LO DEMAS CUENTA CON TODO MI APOYO Y ADMIRACION A LA DISTANCIA, UN ABRAZO FUERTE DESDE QUITO-ECUADOR.
elmono enbici.
Que tal, Buen dia.
felicidades por su esfuerzo.. Sin duda una hazaña que deja a muchos pensando en cuan invencible puede ser un Humano...
Mira, me dices por que parte del continente estan.. de ser posible ayudarlos en algo, soi ciclista al igual q vos.
Exitos y fuerza compadre!
Avanza con fuerza que todos te empujamos desde acá!!!
Creo que estás encontrando lo que buscabas, y con tus experiencias representadas en palabras nos haces buscar lo que deseamos encontrar.
Gracias por tus valientes y profundas palabras.
Clau
que hijueee lo que escribes llega hasta la médula de este pechito...
y pensar que ya estás en Brasil...!!!
el sueño se ha cumplido y continúa!
le das fuerza a mi almita viajera
ERES LO MÁXIMO pana
chanchan
Excelente! Certifico la gran nevera que es Berlín en bicicleta, ayer mismo hice esa ruta!!!
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