domingo, 8 de junio de 2008

Cada quien con su Ulises

Haga lo que uno haga o piense lo que uno piense, el tiempo jamás deja de ser cruel: para él no hay descanso posible, no hay conmisceraciones ni recesos. Por más que haya tratado de alargar el trayecto, éste se consume y va llegando a su final... He vuelto a la Argentina, he terminado el capricho chileno y me alisto para culminar mi periplo en la ciudad de Bariloche.

Se me viene a la cabeza un día en el norte de Argentina en el que encontré, en algún bolsillo viejo de mis alforjas, un pequeño estuche de parches en el que solíamos llevar el dinero del fondo común, ya agotado desde los días en el Perú. Dentro de él estaba guardada una pequeña factura que había pasado ahí guardada desde que por alguna razón llegó a mis manos en la ciudad de Piura, apenas a los 15 o 16 días de haber iniciado el viaje.

Me causó una sensación extraña la presencia en ese cuarto, tan lejos de su lugar de origen, de ese papelito y esa caja. Habían viajado conmigo inutilmente por meses, y esa noche fueron a parar en un basurero oscuro de un espacio que nunca esperó recibirlos y al que no le ponía ni le quitaba nada su presencia.

Esa misma noche, mientras anotaba los datos más relevantes del día en mi diario, caí en cuenta de lo que usaba como separador de páginas: una pequeña pluma de quilico. Esa pluma me la había regalado una amiga que pedaleó con nosotros hasta Machachi el día en que se inició el proyecto de Sudamérica a pedal; pertenecía a un quilico muerto que el Juan Fer encontró en la carretera y que por algunos kilómetros, con el afán de enseñárselo al resto, cargó en sus maletas.

La pluma también había viajado conmigo por meses y centenares de kilómetros, pero, al contrario del papelito y el estuche de parches, tenía un significado muy distinto frente a mis ojos.

Hay ciertos objetos que pueden viajar con uno por inmensas distancias y no significar nada. Otros, en cambio, que, no importa cuánto o cómo viajen, adquieren significados múltiples. ¿Por qué?

Sentado frente a una computadora en una habitación en la que nunca antes he estado, y en la que muy posiblemente nunca más estaré una vez que mañana siga con el viaje, pienso en cuánto pueden significar las cosas que han pasado en estos últimos cinco meses de viajar en bicicleta.

La reflexión de los objetos es simplemente una prueba de que el viaje es más un movimiento "interiorizante" que uno "exteriorizante", que se realiza más en las cavidades de la mente que en los espacios que atraviesa el cuerpo. El asunto principal radica en que el viaje exterior es mesurable y visible, pero el interior (verdadero terreno de metamorfosis), ni siquiera puede ser del todo comprendido en su magnitud. La pregunta de cuánto hemos viajado verdaderamente en estos meses no puede hallar respuesta plena de ninguna forma, pues para los que viajamos no puede ser analizada ni explorada (sino simplemente vivida), y no hay persona (ni puede haberla) que sepa tanto de nosotros como para decírnoslo.

¿Somos otros ahora? Sí.

¿Somos los mismos aún? Sí.

En el fondo, no tiene mayor relevancia ir por aquí y por allá descubriendo maravillas geográficas, modismos divertidos o situaciones antes impensables. Ni siquiera es tan valioso ir documentando esas pequeñas y grandes diferencias culturales que unen y separan a nuestros pueblos y que se manifiestan a menudo en detalles nimios de la vida cotidiana (como eso de que los chilenos casi nunca dicen "buenos días" o "buenas tardes", limitándose al informal "hola" (de hecho, el típico "bueenaaaas" ecuatoriano casi les resulta incomprensible, aunque sí intuyen que se trata de un saludo). Del otro lado de la cordillera, los argentinos, quizá más formales pero de ninguna manera más serios, se muestran reacios al plural: con un "buen día" o "buena noche" ya dan por zanjado el trámite. Los bolivianos, por su parte, no dicen nada de nada, incluso en ocasiones en las que uno insiste. Y los peruanos, más descarados y amigueros, casi no dan pie para que uno salude: son ellos quienes inician la conversa...), y no es tan valioso, digo, porque en ello no reside un conocimiento emocional de los mundos que vamos conociendo, sino un simple conocimiento anecdótico, intelectual, "distante", si se quiere.

Hace pocos días, muerto de hambre tras haber pedaleado unos 50 kilómetros en una mañana fría y bastante lluviosa, me detuve en una panadería del pueblo chileno de Pucón. Ahí me comí una buena pasta de crema y arándanos. Pedí también una empanada, y, mientras esperaba por ella, Miguel (supongo que era el dueño), me ofreció una taza de café y galletitas con chocolate. Estuvo delicioso.

Quedé satisfecho, así que la empanada la pedí para llevar. Miguel me preguntaba acerca de la bici y el viaje; yo le contestaba y le hacía la conversa más por compromiso que por otra cosa. Estaba dispuesto a dejarme invitar el café y las galletas, pero me alistaba a insistir en el pago del pastelito y la empanada. No hubo mucho trámite en eso: cuando me entregó el paquete con la empanada y pedí la cuenta, me dieron el precio de ambas cosas, y como no cabía hacerse el bueno para pagar por el café, agradecí debidamente y seguí con rumbo al pueblo de Curarrehue.

Cuando finalmente llegué, completamente empapado y con bastante frío, luego de buscar alojamiento, descargar y empezar a alistar mis cosas para secarlas y poder bañarme, recordé la empanada y quise comérmela.

Dentro del bulto había dos: una me la había regalado Miguel sin que yo me diese cuenta.

La anécdota puede no ser sorprendente, pero me enterneció y me llevó a pensar en el contenido profundo que este viaje puede aportar para mi comprensión de las cosas. Tanta bondad desinteresada y tanta atención que he recibido demuestran no solo el espíritu positivo y amigable de los países que he atravesado, sino también una conexión vital y sincera con personas que en nada están obligadas a mí. Ese valor, tan básico pero tan fácil de olvidar, no puede ser dejado de lado, y quizá en él resida el meollo de la importancia de este viaje: es una puerta abierta que nos permite, a quienes estamos involucrados en él, a volvernos más generosos y atentos, más despiertos y receptivos, más cordiales y felices. En otras palabras, nos enseña a ser más capaces de entablar una sincera aproximación humana con los demás.

Lo que vale verdaderamente, pues, es la compenetración con la gente y su carácter, su vida, sus bienes y sus males. Quizá el hecho de viajar en bicicleta (y, por ende, llegar sucio, cansado y apestoso a cada lugar por el que se pasa) sea un buen pretexto para conmover a la gente y, por esa brecha, dar más fácilmente el paso arriesgado y complejo que supone empezar a conocerla verdaderamente. Eso, por supuesto, es mucho más difícil y casi no guarda relación con el viaje en sí o con la forma en que éste se realiza (quiero decir que el viaje no es motivo esecial para dar ese paso: basta con hacerlo en la propia casa), pero para mí es claro que estar aquí donde estoy luego de haber hecho lo que he hecho me predispone a plantearme una nueva forma de ver mi relación con el mundo, quiero decir: con las personas de este mundo.

En fin: la gente me ve a menudo con conmisceración, incluso pena. Por eso me ayuda, por eso se enternece y me hace regalos o me brinda protección. En agradecimiento, uno debe dar un paso más allá: es necesario retribuir lo recibido de una manera igual de desinteresada.

La historia de la pluma del quilico y la historia de la empanada de Miguel me hacen dejar de pensar en todos los paisajes que he visto en estos meses y me hace enfocarme en el nuevo paisaje que se dibuja en mi interior. Ahí reside el fruto de este viaje.

Recuerdo que Pablo, ese gran curiqueño que me recibió sin compromiso alguno y cuya chompa estoy usando ahora mismo, empezó una de sus frases diciendo: "Una de las cosas que quiero, aparte de ser un buen hombre..." No recuerdo cómo siguió su frase, pero con lo puesto basta.

Para ser una buena persona, se debe querer serlo. Pues bien: en este viaje, mi deseo por ser bueno y provechoso para los demás se ha potenciado, y lo ha hecho gracias a todos quienes han sido buenos y provechosos para mí.

Quizá esto no sea más que balbuceos escritos en parte por aburrimiento y en parte por miedo a algún día olvidar lo que este viaje, tan definitivo y monumental para mi espíritu, puede llegar a significar. Pero quizá sí.

Y aún si estas líneas fuesen lo único que sacara en claro de toda esta pequeña odisea que está próxima a concluir (lo cual dudo sinceramente), ya podría darme por triunfador.

El tiempo dirá qué clase de persona es la que mañana llegará en bici a San Carlos de Bariloche.

8.483 kilómetros recorridos.

Villa La Angostura, Argentina, domingo 8 de junio 2008

18 comentarios:

Anónimo dijo...

GORDO!!!!!
QUE EMOCION LO LOGRASTE BRONX!!!!
ESTOY SUPER ORGULLOSO DE TI
PERO SUPER ORGULLOSO!!!
DE LO RECORRIDO POR FUERA... Y POR DENTRO.
M

AAAbikers dijo...

Caray ! Me saco el sombrero !

Así se dice no ?.

En todos los comentarios que he dejado en los Post de esta aventura, he intentado poner un toque de sobriedad sin opacar este sincero aprecio que todos los muchachos del grupo crearon en los amigos de AAAbikers - club.

Hoy creo que amerita hacer un recuento de ellos, algunos de los cuales ya mostraban una veta de visión profética.

Decia:
28/ene/08 "Así mismo empiezan los viajes que duran varios años"

04/feb/08 "Yo creo que al final del viaje esto termina en una novela digna de publicarse.."

01/abr/08 "Se han convertido en embajadores de nuestros soñadores.... Esperamos ansiosamente su libro"

22/abr/08 "Es increíblemente motivante para quienes están en proceso de redefinirse las metas de su vida el descubrir que las fronteras y los objetivos están a la vuelta de un sueño.."

05/may/08 "Con las alas de tus cartas, José,
atravesé todos los cielos de América contigo, amigo. - Serrat"

16/may/08 "Todos los sueños pueden hacerse realidad, con persistencia, con optimismo, con sacrificio. Por eso es posible soñar en un mejor País liderado por esta juventud."

20/may/08 "Todas las comidas a partir de hoy, ya no sabrán igual... Toda la vida a partir de hoy se convertira en una gran secuencia de nuevos retos, metas, esfuerzos y logros que requieren más sacrificio para los no iniciados"

02/jun/08 " ...no hay límites, fronteras o metas que no puedas superar.. "

Ahora... a pocos meses de haber iniciado el periplo, podemos decir sin temor a equivocarnos que hemos sido testigos de una hermosa metamorfosis.

Una nueva estrella brilla en el firmamento literario de nuestro país.

Escribe y habla para los jóvenes, muéstrales lo que descubriste en tus fueros internos, enséñales que sin dejar de ser alegres pueden cambiar el mundo para bien.

¡ Suerte en este nuevo viaje !

Anónimo dijo...

Cada uno encuentra en los caminos (de la bicicleta o de la vida) lo que estaba preparado para hallar en ellos, y a veces algo más. Tu viaje, desde que aprendiste a montar en bicicleta, siempre fue principalmente interior. Y me alegro mucho de que esta última etapa la hayas recorrido solo, pues has logrado que la enorme experiencia se decantara y dejara (empezara a dejar)que se vieran sus verdaderos frutos.

Al haber descubierto que los paisajes más bellos del recorrido han sido los de la bondad humana sin ningún interés ni cálculo, te has acercado, me parece, a una experiencia semejante a la de San Juan, que le llevó a decir que en eso consiste el amor de Dios: en que Él nos amó primero.

En todo caso, me alegro mucho de que el joven adulto que en pocos días más regresará a Quito sea el mismo que se fue, pero mejor.

Un fuerte abrazo,

CLC

Anónimo dijo...

Pana, me qedo sin palabras luego de leer el blog. Mucho ánimo en estos pocos kilómetros que quedan, y nos vemos en Quito para seguir con los proyectos.
Coral.
PD: Si puedes, ve al Refugio de Fray y haz el cicrcuito de Llao Llao.

Anónimo dijo...

Algunas veces ya me sacaste lagrimas...

Me inspira leer lo que estas viviendo y hace que mi sueño esté ahi y que se alimente de estos momentos importantes para el alma.... Gracias por compartir con nosotros esos caminos tan profundos que conoces a cada pedalazo... Un abrazo GRANDE GRANDE y mucha fuerza para enfrentarte al mundo de aca...

Rosanna

Anónimo dijo...

No sabes como tus palabras escritas en este blog hacen q uno se ponga a pensar en las cosas, los lugares y las personas q pasan por la vida. Esas letras me caen como "anillo al dedo" eres fuerte y muy valiente y desde ahora muy grande de espiritu. Q orgullosa me siento de haberte conocido Guabitas! Espero tu pronto regreso, ese regreso de felicidad!

CV...

Anónimo dijo...

Que bestia!!!!

Te me pusiste hiper serio y me matataste con tu prosa. Que grande broder, siento lo mismo que vos, a full! tanto que te agradezco haberlo puesto en palabras y permitir que lo leamos. Estamos esperadot pana, con el inmenso reto te empezar a VOLVER...
Abrazos, nos vemos por acá..

JFDS

Anónimo dijo...

Andrecillo
siempre fuiste muy especial, desde el dìa que te conoci abriendo los ojos al mundo y aunque a veces no supe que responder ante tus preguntas ¿y eto que es? ni que actitud tomar ante tus iniciativas tan fuera de lo comun,siempre me senti orgullosa de ti.
Creo que este momento tampoco puedo expresar las cosas como tu lo haces pero me vienen a la mente las palabras de Machado:
"Caminante son tus huellas el camino y nada más. Caminante no hay camino, se hace camino al andar". Has iniciado el camino a tu interior y espero de todo corazòn seguir siendo una partecita de el.
te quiero mucho

mamaguabas

Anónimo dijo...

Guabas:

Siempre he dicho que los únicos personajes que existen en lo literario y cinematográfico son aquellos que nos recuerdan que somos humanos.
Esta noche, puedo decir brother... eres un personaje.

Mucha suerte. Un abrazo Guasnábanas Bill

El Ave

Anónimo dijo...

sólo puedo decirte...
BRAVO!! mis respetos
felicitaciones por encontrar el punto clave del viaje.
se te quiere
am y ap
pd. lee el tu mail.

Anónimo dijo...

Digamos maniqueamente que existen esencias y apariencias, partamos de aquello. Mucha gente es pura apariencia, palabra hueca, pero decir luego de andar mas de 8000 kilometros, veo esto o aquello, o siento lo otro, es transmitir esencia.
Pablo.

F dijo...

No se ti te diste cuenta pero eres los máááááximo!

Abraceinsss,

Anónimo dijo...

Mi querido guabira.
Me colgue tan durazo con tu post que no se que ponerte. En realidad lo que te ponga es lo de menos. Solo me siento, respiro profundo y leo una y otra vez estas palabras
y pienso en todo ese montón de cosas que tu y el grupo me enseñaron o en todo caso me ayudaron a descubrir.
Y ahora estoy aca en mi "verdadero" medio. Y lo vivo todo tan diferente. Y aveces ya sea con alegrÍa, tristeza O confusión siento esa extraña sensacion de metamorfosis.

Les quiero mucho mis kamikases y geisha latinos.

Felicitaciones guabira querido y ojala podamos compartir una próxima odisea que todavia tengo mucho que aprender.

La dama de oro

Anónimo dijo...

Hola Guabitas: Simplemente te envío un gran abrazo con mucho cariño por lo que me dejaste conocer de ti, buena vibra para que continues, un cachito de corazón para que sigas guardando esas grandes lecciones de vida, y mucha alegría porque en la soledad estás viviendo lo que muchas veces no entendiste que estaba hacieno durante el viaje, y ahora me alegra todo lo que aprehendes sobre todo con el corazón. Aunque tu y yo taaaan diferentes como tu dices, pero yo no creo que es tan así(la gran diferencia sí hay cuando te re chumas jejeje), por suerte tuvimos la oportunidad de conversar y coinciir en muchas cosas como que el grupo y la amistad fue chévere, la atitud de cada uno nos ennseñó muchísimo, pero todo lo que estaba al rededor y la gente que desinteresadamnte siempre tendió la mano y nos dio una sonrisa, fue lo mejor. Esas actitudes para mi fueron como cachetadas que marcan mi camino. Tenía miedo que al regresar a Quito todo lo aprendido se esfume, pero sabes puedo decirte que estoy intentando ingresar a la cotidianidad y siento que soy diferente, que muchas de las buenas lecciones me guían fuertemente.

Para muchos, como para ti al inicio, soy como un ser extraño porque lastimosamente no hay muchas mujeres que decidan hacer lo que hicimos, a veces me ven como de otro planeta, y sí me siento diferente, gracias a todos los bomberos, al Luchito, Ruth, María, Ana, Edwar, Benjamín, Santiago, Sanndra, Álvaro, Daniela, Rafa, todos los niños y niñas que nos brindaban alegría y nos tendieron una mano o un plato de arroz con huvo frito, que fueron de las mejores comidas porque nos las daban con amor, gracias a ellos me siento así y con full ganas de dar todo lo que recibí, tengo y tenemos mucho por hacer. Adelante Guabas.

Un Abrazo,

Andrea alias Trini.

la unica que no tiene camara dijo...

sentado frente al mar.. tantararan tararan tan....!!!!

que hermoso tu viaje mi guabitas y lo que ha hecho que digas lo que dices.. muchos de tus panas andamos en viajes distintos, unos no hemos salido de casa, pero igual lo emprendimos... yo por mi lado, soy feliz como nunca... por algo andamos en estos rumbos diga!

aqui se te espera con ansias a que cuentes en vivo tus aventuras.. mil besos, mil bendiciones para mi valiente panitaaaaaaaaaaa!
mamiru y bebe simon

Anónimo dijo...

Tarde, pero seguro, llegué a cada quien con su ulises.
Mi guañuz... recien hoy leo el blog, ya terminadito, y en serio mai brou, que orgullo de panita siento! Tus palabras fueron directo a la yugular de chan chan

Te quiero full my only

Anónimo dijo...

Me dejó torcido este post, demasiadas emociones...

Qué bacán leerlo aunque sea a estas alturas.

(sigo digiriendo lo que leí)

...

sromeroal dijo...

Meses y meses guabustar!!!....hoy me dio por ver de lo que tanto me hablaste en aquella noche...me has hecho derramar más de un suspiro....y aunque no tuve el privilegio (como tu dirias) de conocerte antes de esta travesía, solo puedo decir que si esto te hizo lo que eres...pues es el mejor viaje que pudiste haber hecho....