viernes, 9 de mayo de 2008

Taedium vitae

Ya Tucumán y Catamarca han quedado atrás. La Rioja nos acoge bajo un cielo gris, augurio y amenaza del invierno que se nos viene sin remedio. El grupo va menguando poco a poco, víctima de la presión del tiempo y el agotamiento de dineros y fuerzas. Las bicicletas empiezan a mostrar quejas un tanto más severas que llantas o cadenas desgastadas... En fin, apenas a dos provincias de distancia para finalmente alcanzar la ciudad de Mendoza, hay un evidente y repetitivo sentido de agotamiento que ha venido apoderándose de nuestros pedales y que ha tornado estos últimos kilómetros (¡quién lo hubiera dicho!) en los más difíciles de superar.

¿Cansancio acumulado? Muy posible. ¿Aburrimiento? Difícil de creer. ¿Falta de futuro luego del viaje? Hmmm... Lo cierto es que hasta el sucesivo descubrimiento de horizontes nunca antes vistos puede volverse una costumbre, una práctica cotidiana, y no hay en el hábito lugar para la aventura. Dormir, comer, armar alforjas, pedalear, pedalear, pedalear, buscar refugio, plantar carpas, volver a dormir... Los días parecerían repetirse sin tregua, y los paisajes, por misteriosa acción del desgaste y la nostalgia, cada día son menos asombrosos.

Los tres días en San Miguel de Tucumán nos demostraron lo dispersos que ahora viajamos por las pampas y bajas serranías de la precordillera Argentina. Si no hubiese sido por nuestros amables anfitriones (en especial Héctor Martínez, antiguo amigo de la Carlita que nos recibió y soportó con toda nuestra modorra y despiste) poco hubiésemos hecho en esa ciudad más que dormir, dormir, dormir y comer. Por suerte tuvimos en él quien nos jale de las orejas y nos despierte de nuevo a la vida aventurera del viaje. Así que todo bien: ¡En poco tiempo se nos acabará el viaje y de manera alguna podemos darnos el lujo de desperdiciarlo por pereza!

Supuestamente descansados, entonces, partimos de la amable casa de Héctor y retomamos la ruta hacia el sur. Al hacerlo abandonamos (o más claro, él nos abandonó) a otro de los feroces pedaleros que venía con el grupo desde la ardiente costa de Trujillo, en el Perú. El muy pelotudo alegó numerosos problemas de todo tipo: que la novia ya no le daba permiso, que tenía que volver para graduarse, que extraño a mi abuelita, que allá en Quito tenía que no sé qué, que yo he de volver a acabar la ruta, etc. etc. etc... No le quedó más al Petit Comité que otorgar al aludido el permiso requerido y dejarlo partir franco (o sea, en bus) hacia Córdoba y luego Buenos Aires.

Se le acabó el viaje al famoso piquetero Kangás, Jennifer, Flaco, rica bestia, narizón, sr. Dueñas, Juan Fer. Otro al que vamos a extrañar fuerte!!

Fue posiblemente la decepción causada por esta nueva separación lo que tuvo a todo el resto del grupo (Carla, David, Guabas, Andre) algo pensativo y silencioso en esa primera jornada hasta la pequeña ciudad de J.B. Alberdi. Eso no hizo mella, claro, para que cada cual siguiese haciendo sus sandeces habituales: mientras el Guabas iba olvidando (en una pequeña fonda al borde de la carretera, unos 40 km al sur de San Miguel) todos los mapas que la expedición había acumulado desde su salida de Quito (incluyendo los de Argentina y Chile, todavía fundamentalmente necesarios para completar la ruta), la Tumbadora Pérez se dedicó a cerrar camino a cuanto ciclista viajero encontraba, alegando luego que la culpa la tenía el agredido a razón "de ir tan pegado a ella". A nadie le quedaron dudas...

El más afectado fue el deportista que aparece en la siguiente gráfica, quien fue obligado subrepticiamente a darle de quijadazos a la carretera y usar el asfalto como papel de lija sobre algunas de sus extremidades:

Esa noche, luego de tanto despiste caótico, se desató una fiebre consumista por varios de los micromercados de Alberdi. Algunos, que alegaban "no necesitar nada", terminaron por comprar no solamente kilos de pan, salami, vino, frutas y yogurt, sino hasta cartulinitas de diversos colores, al parecer destinadas a la elaboración de manualidades pseudo-amorosas que quién sabe si algún día llegarán a su imaginado destino.

Quienes nos acogieron esa noche (los encargados de administar un pequeño complejo deportivo de la municipalidad) nos vieron llegar colmados de fundas de compras, y nos abrieron las puertas del humilde recinto con cara de "qué onda con estos giles?" Por lo menos tuvimos tiempo en la mañana siguiente para tomarnos una foto con ellos y ponerla aquí a manera de agradecimiento:

Luego de Alberdi (a donde llegamos pedaleando 110 km ese día), nos ha dado por una curiosa mezcla de pereza y embale. Es normal que, despertándonos a las 8 o 9 de la mañana, y empezando a pedalear a las 10H30 o 11H00 (con las consabidas horas de luz perdidas debido a tal jugarreta), superemos la barrera de los 100 km cuando la noche ya está próxima a caer. Tanto es así que el último día (Huillapima - La Rioja) superamos nuestro récord de distancia en un solo día al recorrer 130 km en poco más de 7 horas de pedaleo efectivo.

La humedad de estas laderas junto a las cuales se extienden las inmensas pampas nos tienen sudando todo el día. El clima jamás llega a ponerse verdaderamente caluroso, a pesar de que por momentos el sol es fuerte y constante, y a menudo el viento nos hace sentir más frío del que quisiéramos. Pero de todas formas a veces resulta más cómodo pedalear sin camiseta o con pañuelos en la cabeza a causa del sudor. De seguro que esta región debe ser el mismísimo infierno en verano...

Hemos vuelto a ponernos pilas con eso de no pagar nada en cuestión de hospedaje (Bolivia nos tenía muy mal acostumbrados), y hasta ahora, desde que entramos a Argentina, no hemos hecho más que pagar por un par de campings oficiales (que de por sí son muy baratos). El resto del tiempo hemos logrado conseguir lugares gratuitos, patios de casas privadas, regimientos de la policía y hasta sitios de camping no muy aptos para tal actividad... Con todo, ahora que somos menos, dormir en una carpa por persona resulta comodísimo.

Miren qué noticia: nos habíamos propuesto, al salir de Quito, pedalear 6.125 kilómetros durante un lapso de 120 días. Esta foto fue tomada el día 117, cuando llegamos a La Rioja. El odómetro oficial marca el momento en que alcanzamos esa marca de distancia y llevábamos acumuladas 383 horas con 13 minutos de estar subidos en la bicicleta. Eso es algo así como 16 días ininterrumpidos en los que la llanta no ha dejado de moverse. Por alguna razón dicha cifra no suena a algo tan desmesurado, pero créannos, los que estamos aquí sabemos que es un montón!

De todas formas, ya superada la marca propuesta, resulta que nos falta todavía bastante para dar por terminado este viaje. En Mendoza pensamos estar en unos 9 días, y desde ahí trataremos de realizar el paso de cordillera hacia Santiago de Chile (todo dependerá de si el clima nos lo permite), y luego el Guabas continuará pedaleando hacia el sur, para volver a la Argentina por el paso de San Martín de los Andes y terminar el viaje en San Carlos de Bariloche, o sea, unos 1.500 km y mes y medio más tarde.

Tenemos aventura para rato...

Aquí unas cuantas escenas de la vida cotidiana:

Escena 1: El último desertor del grupo se pasea alegre detrás de la causante de nuestro tercer día en San Miguel de Tucumán. Ya nos íbamos cuando nuestra anfitriona Paula decidió hacernos probar ginebra local! Las fotos del resultado las guardamos en archivo confidencial.

Escena 2: Santuario del Gauchito Gil, suerte de Robin Hood de las pampas que es respetado y venerado en toda la Argentina. Aunque su origen está en la provincia de Corrientes, son cientos los pequeños lugares como éste que hemos atravesado a lo largo de la ruta. Ahí la gente deja regalos, flores y velas para el Gauchito. Además de él, también es común encontrar pequeñas tumbas de la llamada "Difunta Correa" (mujer legendaria que murió de sed en el desierto y cuyo hijo sobrevivió amamantándose del cadáver), rodeadas de botellones de agua. Estos y otros son los "santos" populares de la Argentina.

Escena 3: Kiosko vinero junto al camino. La compradora compulsiva Pérez se apura a sacar un fajo de billetes para derrocharlos. El resto nos compramos nueces confitadas, alfajores rellenos de cayote, membrillo y dulce de leche, y (claro!) vino patero. Nótese que el kiosko este estaba en medio de la nada, ahí junto a la carretera.

Escena 4: Breve intromisión al meteorito donde vive El Principito. Las raíces de este baobap deben estar a punto de acabar con todo!

Escena 5: Las llanuras de esta región están repletas de olivares, nogales, soja y por ahí uno que otro gil andando horas en la bici sin mover el volante. A ratos creemos que ponen una curva cada 10 km solo para hacerle acuerdo al conductor de que aún vive.

Escena 6: Rendido al borde de la ruta en el punto exacto de los 6.125 km. ¿Hasta no más acá era?

6.243 km recorridos.

La Rioja, Argentina, viernes 9 de mayo 2008

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Lejos de parecernos poco, las horas efectivas que han pedaleado, las veces que han girado las ruedas de sus bicicletas, las distancias que han recorrido, nos llenan de asombro, envidia y deseos de decirles ¡Felicitaciones!

¡Que el buen Dios los siga acompañando, que el clima no se enfríe demasiado y que el viento sople a su favor!

Un fuerte abrazo,
CLC

Unknown dijo...

Me había olvidado contarles del inmenso interés que su viaje ha despertado en la FCLL de la PUCE.

Antes eran sólo los profesores amigos quienes preguntaban (I. Carvajal, F. Albán) pero ahora se ha convertido en un tema de conversación bastante popular. Día a día se acercan desconocidos a preguntar que dónde mismo andan y por qué están tan dementes como par ahacer este paseo. Parece que los fans aumentan como el kilometraje...

Anónimo dijo...

¿...baobaP? :)

Qué bacán la foto del foco al inicio, ¿qué es lo que tiene alrededor?

Saludos

Anónimo dijo...

Éste ha sido el reporte de la reivindicación, qué bueno sentirles bien con el pasar de los kilómetros. Nos encontraremos en alguna próxima cumbre, un fuerte abrazo

Carla dijo...

Chicos que genial saber que están al borde de culminar con ese sueño, me imagino que tendrán una mezcla de alegría y nostalgia por todas las experiencias vividas que pronto culminaran, me parece mentira que hayan transcurrido ya 4 meses de su salida, felicitaciones por todo ese trayecto, de aventura y ejemplo que nos dejan.

En especial para ti mi querida Andre

Anónimo dijo...

Vaya ahi mis broderes!!! Como es eso de que se va papa y ya no les quedan ganas de vivir??? Animo que les queda muy poco! y si se aburren ya de más, venganse para Buenos Aires que nos hacemos bestias por aca!!! Ustedes ya saben como...

Juan Fer

Anónimo dijo...

Los Bras! Ya mismo llegan a la fainal destineishon... vamos ahí, fuerza en los últimos km.
Acá ya le recibimos a Cubano como se debe.

Un abrazo.
El Ave.

D dijo...

yow!

vamos ahi pedalee profeshorado que ya falta poco.

traeras quilmes y full fernet ve guañuzoooo

suave con caramelito que la chica es muy degenerada tambien, arrimate a pipo filipo mas bien ese es recatado.

abrazos
pichu

AAAbikers dijo...

Estimados amigos..

Acompañamos su ruta con absoluto interes.

Ya estamos preparando la presentación en Power Point para las reuniones que tendrán que hacer seguramente con todos los clubes de ciclismo que siguen su aventura.

Por favor dejen saber cuando regresan.. vuelo y horario..

Un abrazo solidario y de felicitacion por el sueño que están por conseguir.

Los esperamos con chugchucaras, yahuarlocro, chanfaina... y todo lo que no han podido comer en estos kilometros...

F dijo...

De una los panas llegando a la meta!!!

Oye guabas, me dejas pensando com irte solo al sur de chile en pleno invierno, ponte pilas! averiguate bien pq en invierno esa región es pura lluvia y frio, FRIO DE VERDAD.

Si necesitas algo escribirasfff!

Beijão,

Anónimo dijo...

Hoy se cumplen 4 meses del día que los acompañamos en la primera etapa: Quito-Machachi. ¡Qué lejos parecía Mendoza entonces! Y ahora deben estar ya muy cerca de llegar. Y algunos todavía hablan de continuar el viaje más allá. ¡Realmente que han cumplido una gran hazaña de organización, vitalidad, fuerza y constancia!

May the Force be with you!

CLC

Anónimo dijo...

Vamos Carajo.